Piden investigar frijoles fritos marca CAMPECHE

Personas que comieron frijoles fritos, marca Campeche, aseguran que tiene un sabor rancio, por lo que se que presume una posible contaminación del producto.

La Distribuidora Merino que comercializa frijoles fritos congelados, fue denunciada por el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) en la Defensoría del Consumidor (DC) por vender alimentos contaminados.

En la demanda presentada se reclama la mala calidad de los frijoles de la Distribuidora Merino, que fabrica, distribuye y comercializa la marca CAMPECHE; de acuerdo a las y los consumidores el alimento tiene “un sabor rancio” que no es el característico de los frijoles.

“Existen indicios suficientes que llevan a presumir la contaminación del alimento y llama la atención que el producto se ha consumido dentro de su plazo de vigencia”, señala la denuncia.

Las personas consumidoras, señalan que al comer el producto que se puede comprar en establecimientos de venta al detalle conocidas como tiendas; sus hijos e hijas se han enfermado del estómago.

Los frijoles marca CAMPECHE, se venden en la presentación de envoltorio plástico y consta una etiqueta en la parte de atrás que especifica que se trata de frijoles de seda, con la correcta conservación de mantenerse congelados; nombre y domicilio de la empresa.

Otra, información de la etiqueta son instrucciones para su mejor preparación, listado de ingredientes; Registro No. D.G.S. (Dirección General de Sanidad) y finalmente la fecha de vencimiento.

Un detalle importante es que el proveedor denunciado comercializa un alimento sin su respectivo número de registro sanitario.

Este hallazgo es indicio suficiente para pensar que no se han seguido los procedimientos y controles de calidad adecuados y preestablecidos por las leyes y por las instancias oficiales pertinentes, a efecto de garantizar y resguardar la salud de la población salvadoreña.

El CDC exige investigar la denuncia y de comprobarse la contaminación o que no reúnan los requisitos necesarios para la segura ingesta humana, se ordene su inmediato retiro del mercado, su decomiso y la consiguiente destrucción.